Colombia Humana, como Movimiento Político (MPCH), fue formalmente reconocido por Sentencia de la Corte el 16 septiembre de 2021 y este 29 mayo, o a más tardar en junio de 2022, según las encuestas y las plazas públicas, puede lograr que los colombianos elijan a Gustavo Petro Urrego como el primer presidente colombiano contestatario frente al establecimiento, con el propósito de conducir la transición institucional hacia un nuevo país: Colombia, potencia mundial de la vida. De materializarse el éxito político de Gustavo Petro, no solo estaríamos ante un fenómeno electoral con pocos precedentes internacionales, similar al de Convergencia Social, el partido que albergó a Gabriel Boric en Chile, sino ante un conjunto de retos políticos e institucionales que propongo considerar brevemente.
1. El fenómeno político que encarna Gustavo Petro no nace en 2021 y ni siquiera con la vida política del líder. Es la resultante compleja de más de 70 años de luchas políticas en Colombia, que van desde el asesinato del caudillo Jorge Eliécer Gaitán (1948), el período de La Violencia, el régimen excluyente del Frente Nacional, las luchas guerrilleras, campesinas, sindicales, estudiantiles, étnicas y urbanas, la reacción militarista del régimen, la emergencia del paramilitarismo, los procesos de paz y hasta el estallido social y juvenil de los años recientes. Petro ha interpretado con éxito esa evolución política e institucional y hoy encarna la esperanza de consolidación de la paz; pero también encarna las demandas contemporáneas de la transición energética y del desarrollo humano sostenible; la inclusión efectiva de los pueblos afros, indígenas y campesinos; el empoderamiento real de las mujeres y el ejercicio de derechos de la población LGTBI y de la juventud; la protección del derecho al empleo digno, educación, salud y pensión, entre otros valores que demanda la nación en el siglo XXI. Y propone conquistar estos derechos haciendo uso exclusivo del recurso al voto, dentro de la institucionalidad. En suma, Petro interpretó las demandas contemporáneas de los colombianos y pasó de ser un retador no institucional del régimen (en tiempos del M-19), a ser un retador plenamente institucional. Las élites económicas y políticas colombianas habían aprendido a contener, a convivir y a crecer con los retadores NO institucionales del régimen (guerrillas, paramilitares, narcoterroristas), pero no han logrado detener a Petro como retador institucional.
2. Por razones que no cabe discutir aquí, Petro ha oscilado entre promover la consolidación de partidos políticos modernos que conduzca los cambios políticos o recurrir, de forma alternativa, al movimiento de masas, a la multitud y a las redes como forma de acción política. Finalmente, justo acogiéndose a las reglas de juego vigentes (instituciones), promovió la creación del Movimiento Político Colombia Humana (MPCH) y, gracias a la gestión de dirigentes como Dagoberto Quiroga, logró el reconocimiento de la personería jurídica mediante sentencia de la Corte Constitucional SU316/21. Pero la construcción orgánica y la consolidación programática del MPCH es una tarea que se está cumpliendo en plena coyuntura electoral, cuando el Movimiento experimenta una crisis positiva de crecimiento, fenómeno que impone grandes retos y no pocos riesgos.
3. El MPCH cuenta con estatutos y una estructura orgánica transitoria adoptada en 2021, hasta que se realice el Congreso estatutario, tal vez en el primer semestre de 2023. Mientras tanto, el MPCH es presidido por Gustavo Petro y varios dirigentes elegidos de forma virtual en tiempos de pandemia. A las elecciones parlamentarias y la consulta presidencial del 13 de marzo de este año (2022), el MPCH concurrió mediante una coalición de partidos y movimientos denominada Pacto Histórico (PH), conformada por el Polo Democrático, MAIS, Unión Patriótica, PTC, ADA, Marcha Patriótica, Partido Comunista y varios dirigentes progresistas desprendidos de los partidos tradicionales. Gracias al arrastre electoral de la figura presidencial de Gustavo Petro y Francia Márquez y a la estrategia de campaña, el Pacto Histórico alcanzó 20 escaños en el Senado y 30 representantes a la Cámara. De ellos, avalados directamente por el MPCH o con vínculos directos con el Movimiento, tal vez son solo 12 parlamentarios. La realidad política es que la influencia de Gustavo Petro y del MPCH va más allá de los 50 parlamentarios del PH, y que siendo el colombiano un régimen presidencialista, de ser electo Petro pude lograr una coalición parlamentaria mayoritaria (entre 108 senadores y 188 representantes), con dificultades y limitaciones, pero que con apoyo del movimiento de masas logrará la gobernabilidad.
4. El proyecto del MPCH tiene vocación de poder, más allá de un gobierno o una administración nacional. Conducir la transición institucional desde un régimen autoritario, corrupto, excluyente, mafioso, basado en la violencia y el extractivismo, hacia una sociedad en democracia real, reconciliada y en paz política, incluyente, con equidad, soportada en el desarrollo humano sostenible y el conocimiento como fuentes de riqueza, solo es posible mediante la consolidación de un proyecto político y cultural alternativo de largo aliento. Por esas razones el MPCH tiene vocación de permanencia y crecimiento, para liderar, junto a otros partidos y movimientos políticos progresistas, la transición institucional de Colombia en el siglo XXI.
5. En la actual coyuntura político-electoral, en el MPCH se presenta una doble tensión: de una parte, están llegando por torrentes muchos simpatizantes, líderes y lideresas sociales con voluntad de apoyar el proyecto; vienen con sus prácticas, tradiciones y con sus sueños de participación política; a su vez, estos nuevos convencidos de la participación política democrática quieren identificarse, reconocerse, tener sentido de pertenencia solidaria, pero distinta a la de otros agrupamientos políticos progresistas. En segundo término, el entusiasmo de participación política que ha despertado la campaña de Gustavo Petro tiene, para muchos simpatizantes, la urgencia de la campaña electoral de 2022 y del Gobierno del Pacto Histórico; mientras que, de otro lado, al MPCH le importa encausar ese entusiasmo hacia un proyecto político de largo aliento, estratégico, que materialice un programa de gobierno 2022-2026 pero también que elija alcaldes, gobernadores, concejales en 2024, y que proyecte la acción política en el largo plazo, es decir, que logre la hegemonía política y cultural que encarna “Colombia, potencia mundial de la vida”.
6. Existe igualmente la necesidad de que el MPCH no sea visto como un partido que otorga avales electorales, gracias al arrastre popular de Gustavo Petro, o como un partido parlamentario a la manera de los caducos partidos tradicionales colombianos. De eso se ocuparán con seguridad el primer Congreso del MPCH y las orientaciones de su presidente, Gustavo Petro.
7. Esas son también las razones que explican la necesidad de fortalecer y darle espacio político al Centro de Pensamiento del MPCH. Como lo hacen los grandes partidos políticos progresistas, que tienen tanques de pensamiento que se ocupan de formular diagnósticos y crear propuestas de políticas públicas estratégicas, locales, regionales, nacionales y globales, formar los cuadros políticos y darles soporte analítico e ideológico a las decisiones del partido o del movimiento. Por eso, el Centro de Pensamiento del MPCH debe contribuir a darle sentido de identidad, pertenencia y especificidad ideológica a la nueva militancia del Movimiento. En especial debe nutrirse de las propuestas de la juventud, las mujeres, los pueblos étnicos y crear espacios para los centros de pensamiento existentes en todas las regiones de Colombia. El Centro de Pensamiento del MPCH debe abordar los grandes temas de la sociedad, la nación y de la humanidad en contexto local, regional y nacional, tales como la especificidad, en Colombia, de la transición energética, el desarrollo humano sostenible, el carácter de la democracia participativa, la paz con justicia social, etcétera. Propuestas a ser convertidas en políticas públicas y en cultura ciudadana para lograr la “Colombia, potencia mundial de la vida”.
8. El CP del MPCH debe contribuir a que el inmenso caudal popular despertado en las campañas electorales de 2018 y 2022, en especial entre la juventud, las mujeres y los grupos étnicos, decidan militar orgánicamente en el Movimiento y se aglutine en torno a tesis progresistas con vocación de poder. Debe convocar a pasar de la resistencia a la re-existencia; de la oposición al gobierno; de la dispersión a la unidad para reconstruir la nación.
9. El Centro de Pensamiento del MPCH tiene una vocación de permanencia, más allá de las elecciones y de la coyuntura política. Se ocupará de pensar los grandes temas de interés en las políticas públicas del Estado, de los gobiernos nacionales y regionales, de los pueblos y sus circunstancias de etnia, género, cultura, edad, identidad y pertenencia, y en general los temas de la pervivencia de la humanidad y demás formas de vida, en una perspectiva progresista de equidad, sostenibilidad, justicia, democracia real y paz.
10. De estos temas y de las tareas inmediatas de reconocimiento, unidad y acción política de la Colombia Humana, se ocupó el encuentro que realizaron varios de los parlamentarios electos de Colombia Humana, el equipo directivo del MPCH, los miembros del Centro de Pensamiento del MPCH y varios líderes y lideresas políticas el pasado 2 de mayo en Bogotá. El MPCH está creciendo de forma acelerada y se proyecta con capacidad de innovar en los métodos organizativos y de ganar en identidad política. Tiene aún muchos retos por resolver. Por fortuna, los miembros de mayor experiencia, entre quienes me encuentro, parecen dispuestos a superar vicios del fundamentalismo y el dogmatismo; y los jóvenes, que son mayoría y son la verdadera fuerza innovadora, están haciendo del sueño una realidad.
La tarea es ardua y permanente. Colombia Humana debe ser y tiene que ser un referente social y político del progresismo para poder salir del hueco profundo donde hemos caido por cuenta de la entronizacion y coptacion del Estado a manos de la mafia politica.